Compite en el más alto nivel de la Vela desde los 18 años, con un común denominador: cada temporada es un desafío mayor para su carrera deportiva. La de este año, para Stefano Peschiera, es ganar la medalla de oro en los Juegos Panamericanos y, claro, vivir ese momento mágico de entonar el Himno Nacional en los más alto del podio.
Un sueño que Peschiera está dispuesto a cumplir, inspirado en el coraje de su abuelo, el hombre que lo sumergió en esta afición, y que ahora lo seguirá desde el cielo. El abanderado peruano ya está clasificado para Tokio 2020, sin embargo, respetó un plan de entrenamiento rígido y agotador. Este fin de semana inicia la secuencia de 10 regatas en Paracas, que culminará el 9 de agosto con la final. Lima 2019 conversó con el abanderado nacional.
¿Cómo haces para ser constante en el mejor nivel competitivo?
Para alcanzar el pico máximo del rendimiento nunca hay que estar conforme. Soy como un adicto a ponerme metas, cada vez más difíciles, y entrenar para cumplirlas. La disciplina y el sacrificio que se debe poner es tremendo, por eso, no compito en el Perú, porque paro exigiéndome en los campeonatos del circuito mundial.
¿De qué depende una medalla en Lima 2019?
Son tantas variables naturales que no se pueden controlar como el viento, las nubes, la corriente marina, las olas, las tormentas. La estrategia está en conseguir información para predecir los cambios de viento o la dirección de la corriente para estar rápido en la competencia. Ya depende del olfato del navegante, el talento para adecuarse a los cambios de viento tan bruscos y la preparación para soportar la exigencia física.
¿Y qué se espera de las condiciones de Paracas?
Paracas es más fácil de descifrar, aunque es verdad que hay mucho viento, lo que al final lo convierte en una carrera de caballos. Salimos todos de la partida y el que se cuelga más rápido se logra despuntar, pero también hay que posicionarse para que no te pasen. Y todo esto que te comento lo ejecutas mientras navegas a 187 pulsaciones por minuto. Es como jugar una partida de ajedrez, pero corriendo.
¿Cómo te convenciste de seguir, tras querer dejarlo todo luego de Río 2016?
Fue duro porque fui a mis primeros Juegos Olímpicos con mucha expectativa, sabiendo que tengo el potencial, muy a pesar de que tenía otro tipo de entrenamiento, ya que compartía mi tiempo con la universidad. Si no estás a la par de los demás competidores se da mucha ventaja y, encima, el no haber conseguido el objetivo, después de tanta presión y autoexigencia, me llevaron a tomar una decisión precipitada.
¿Quién te ayudó a reflexionar?
Estuve seis meses de para, después de Río 2016, lo que aproveché para culminar la universidad y después mi familia me convenció para volver al circuito. Además, este deporte corre por mis venas, mi abuelo me llevaba a Ancón para practicarlo cuando era niño. Y me sirvió todo esto. Porque en mi primer evento, sin tanta presión, fue bueno y, ello, me motivó a empezar una campaña olímpica para Tokio 2020. Ahora sé manejar estos aspectos, pero cuando inicié me chocó y afectó el resultado de las competencias.
Desde el cielo, el abuelo ahora debe estar orgulloso por lo que lograste.
Siento que me ayuda mucho. En el 2008, justo antes del Sudamericano de Optimist en Paracas, falleció. Tuve que volver a Lima para despedirme y si bien volví con una tristeza enorme, retorné con una garra tremenda para ganar el torneo por equipos. Respeto mucho lo que hizo mi abuelo, por eso, llevo una foto de él y de mi abuela en mi chaleco salvavidas cada vez que compito. En cada regata, cuando estoy por rendirme, me imagino que están ahí alentándome para no tirar la toalla. Me conecto con ellos.
¿Qué tan indescriptible es participar en unos Juegos Panamericanos en Perú?
Estuve en Toronto 2015 y en los Olímpicos de Río 2016, pero nunca estuve en una competencia similar en Perú. De hecho, de los Juegos Olímpicos me acuerdo poco por la emoción, pero ahora en Lima va a ser inexplicable. Vivo preparándome para competir, pero este último año solo estoy enfocado en ganar el oro en Paracas.
VELA EN LIMA 2019
Además de Stefano Peschiera, Perú estará representado en los Juegos Panamericanos Lima 2019 por Alessio Botteri, Matías Panizzo, Renzo Sanguineti, Francesco Puliatti, María Belén Bazo, Paloma Schmidt, Diana Tudela, María Pía van Oordt y Jean Paul de Trazegnies.
La competencia de Vela se desarrollará en el Yacht Club Peruano de Paracas, del 3 al 11 de agosto. Se desarrollarán nueve modalidades en total, incluyendo tres pruebas masculinas (Laser standard, 49er y RS:X), tres femeninas (Laser radial, RS:X y 49er FX), dos abiertas (Sunfish y Fórmula Kite) y tres mixtas (Snipe, Nacra 17 y Lightning).
Las regatas realizarán un recorrido marcado por boyas de colores colocadas por el comité de regata. La orientación se programará de forma que el primer tramo sea hacia barlovento (excepto las regatas de la clase Formula Kite, que partirán de rumbo de través), con la línea de partida en ángulo recto respecto al viento.
La Bahía de Paracas es el área de competencia de regatas de Vela por excelencia, debido al viento que reina en el lado del mar, lo cual posibilita la navegación rápida de las embarcaciones. Se considera un espacio acuático de longitud mínima de 35.000 metros cuadrados no afectado por corrientes.